¿QUÉ ES EL SISTEMA INMUNITARIO Y PARA QUÉ SIRVE?
El sistema inmunitario es la defensa de nuestro cuerpo contra cualquier cosa que pueda hacernos sentir mal, dándonos la capacidad de mantenernos saludables. Cuando nos sentimos mal, esto es en realidad el resultado de que nuestro sistema inmunitario se pone a trabajar. El sistema inmunitario está formado por una impresionante red de órganos, glóbulos blancos, anticuerpos y sustancias químicas².
Las funciones principales del sistema inmunitario son¹:
Luchar y eliminar todo aquello que quiera entrar en nuestro cuerpo y hacernos sentir mal.
Reconocer y neutralizar a las sustancias nocivas de nuestro entorno.
Combatir los cambios celulares no deseados que pueden ocurrir en nuestro cuerpo.
¿CUÁLES SON LAS 3 LÍNEAS DE DEFENSA?
La forma en que nuestro cuerpo nos protege se puede resumir en la idea de que tenemos tres líneas de defensa⁵:
1. MANTENER ALEJADOS A LOS INTRUSOS NO DESEADOS: BARRERAS FÍSICAS
La primera de ellas, nuestra principal capa de protección está formada por nuestras barreras físicas para evitar que cualquier sustancia desagradable entre en el torrente sanguíneo.
Nuestras barreras físicas son:
Nuestra piel: que hace un gran trabajo protegiendo nuestro "interior" del mundo exterior⁶.
Mucosas: todas nuestras superficies internas inmediatas tienen una capa de mucosidad; boca, nariz, párpados, tráquea, pulmones, estómago e intestinos (o el intestino). La función principal de las membranas mucosas es atrapar sustancias y evitar que entren en tejidos más profundos para causar algún daño⁷.
El tejido linfoide asistido por el intestino (o "GALT"): que reviste el intestino y es conocido como el órgano protector más grande del cuerpo, el "GALT" es una barrera física que representa aproximadamente el 70% de nuestras células de defensa en general⁸. Estas células funcionan controlando los alimentos y las bacterias que ingresan al cuerpo, identificando y eliminando todo lo no deseado⁸.
2. ENCONTRAR INTRUSOS, Y RESPONDER RÁPIDAMENTE: INMUNIDAD INNATA
Si alguna sustancia no deseada supera las barreras físicas primarias, confiamos en nuestra segunda línea de defensa: las respuestas generales del cuerpo a las primeras señales de peligro, conocidas como nuestra inmunidad innata⁵. Nuestro cuerpo depende de nuestra inmunidad innata para actuar rápidamente y hacer frente a invasores extraños de una manera no específica, en el sitio desde el que intentan ingresar al cuerpo.
Lo hace activando diferentes tipos de glóbulos blancos, como:¹¹
Neutrófilos: para encontrar, detectar y fagocitar células no deseadas, proceso llamado fagocitosis³.
Macrófagos: estos también encuentran, detectan y fagocitan las células deseadas mediante fagocitosis. Además, dependiendo de las necesidades del cuerpo, los macrófagos pueden liberar pequeñas proteínas conocidas como citoquinas que ayudan a regular la intensidad con la que sentimos síntomas generales como enrojecimiento de la piel, dolor de garganta, secreción nasal, tos y dolores corporales⁹.
Células dendríticas: para capturar, procesar y presentar intrusos no deseados a nuestras células T (ver 3ª línea de defensa a continuación)¹⁰. Las células dendríticas también eliminan los desechos que quedan durante la respuesta inmune⁴. Todos nacemos con esta capacidad de encontrar y responder a intrusos no deseados de una manera no específica. Sin embargo, nuestra respuesta inmune innata tiene un poder limitado para detener la propagación de todo tipo de gérmenes¹¹. Por eso necesitamos nuestra tercera línea de defensa.
3. PRODUCIR ANTICUERPOS A MEDIDA: INMUNIDAD ADAPTATIVA
Si nuestra inmunidad innata no ha podido detener a intrusos no deseados, toma el relevo nuestra tercera línea de defensa, conocida como inmunidad adaptativa. Se desarrolla con el tiempo a través del conocimiento aprendido de enfermedades, inmunizaciones y vacunas previas. Nuestros cuerpos reconocen intrusos específicos y luego liberan anticuerpos personalizados para combatirlos. Esta precisión para responder directamente a la sustancia que nos enferma tiene un precio; a diferencia de nuestra respuesta inmune innata, que es muy rápida, nuestra inmunidad adaptativa responde mucho más lentamente.
En este proceso son cruciales dos tipos de glóbulos blancos:¹¹
Células T: activan células inmunes adaptativas, y detectan y desarman a los invasores. Algunas células T también se convierten en células de "memoria", capaces de recordar y activar la respuesta inmune adaptativa más rápidamente cuando el mismo intruso no deseado la presenta en ocasiones posteriores¹¹.
Células B: son llamadas por las células T para producir el anticuerpo exacto necesario. Algunas células B también se convierten en células de “memoria” que pueden activarse más rápido para ocasiones posteriores¹¹. Entre ellas, estas células protectoras son una parte esencial de nuestra inmunidad adaptativa y pueden responder de forma específica y dirigida a prácticamente cualquier amenaza¹¹.
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